¿Atención Plena o estupidez?: Críticas budistas
tradicionales y modernas a la "conciencia desnuda"
por Robert H. Sharf
Eruditos budistas han
demostrado que la meditación llamada
“atención plena" (también llamada Satipatthana o meditación vipassana)
que se ha popularizado en Occidente es, al menos en parte, un fenómeno
relativamente moderno, que se remonta a los movimientos de las reforma budistas
birmanos que tuvieron lugar en la primera mitad del siglo XX. Las características
que hicieron del mindfulness birmano -en
particular la forma enseñada por Mahasi Sayadaw (1904-1982)- una práctica tan
atractiva para los occidentales son, precisamente, las características que generaron
mucha controversia en el mundo budista tradicional.
Por ejemplo, la técnica de
Mahasi no requería familiaridad con la doctrina budista (en particular con el abhidhamma), no requería la adhesión a
las estrictas normas éticas (especialmente a las reglas del monacato), y
prometía resultados asombrosamente rápidos. Esto fue posible gracias a la
interpretación de sati como un estado
de "conciencia desnuda", no mediado por la percepción, no
enjuiciador, que acepta las cosas "como son", sin interferencias
provocadas por el condicionamiento psicológico, social o cultural.
Esta noción de la atención
está en desacuerdo con las epistemologías budistas premodernas en varios
aspectos. Las prácticas budistas tradicionales se orientan más hacia la
adquisición de un "punto de vista correcto" y hacia el discernimiento
ético adecuado, en lugar de hacia una "no visión" o una actitud sin
prejuicios. De hecho, la noción misma de “percepción no mediatizada” es, en
muchos sistemas budistas tradicionales, un oxímoron, al menos en lo que
respecta a cualquier persona que no haya alcanzado el estado de Buda. (De
hecho, este es un punto controvertido, incluso en el caso de un Buda.)
No es sorprendente, pues,
que las formas de Satipatthana birmana que se establecieron en el Oeste hayan sido
blanco de fuertes críticas por parte de los maestros Theravada de Sri Lanka y del
sudeste de Asia. Esto no quiere decir que las formas modernas de la práctica de
la "conciencia desnuda" carezcan de precursores históricos. Tanto el
Dzogchen tibetano como ciertas escuelas del Chan chino se orientaban, al menos
a primera vista, de manera similar a la inducción de un estado mental que
"puro", "incondicionado", "sin prejuicios", y así
sucesivamente.
No es sorprendente que estas
tradiciones también fueran objeto de duras críticas, que también fueran acusadas
de heterodoxas, al promover prácticas que contravienen los principios y las
ideas budistas cardinales.
Mi trabajo aborda los
paralelismos entre las enseñanzas y prácticas de estas tres tradiciones, y
sugiere que algunos de estos paralelismos se puede explicar por factores históricos
y sociológicos.
(*) Profesor de la Universidad de Berkeley, California.
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