sábado, 27 de junio de 2015

De como la atención plena transforma el sufrimiento. Primera parte.


Primera parte: la naturaleza de duḥkha.


por John D. Teasdale y Michael Chaskalson (Kulananda) (*)


Este, el primero de varios documentos relacionados, presenta el análisis del Buddha de la naturaleza y orígenes de duḥkha (sufrimiento) como fundamento para entender la manera como la atención plena puede transformar el sufrimiento. La primera y segunda de las Cuatro Nobles Verdades del Buddha son presentadas de manera tal que han sido de gran ayuda a profesores de aplicaciones basadas en la atención plena. Estas verdades ofrecen un marco de entendimiento que pueden guiar la aplicación de la atención plena al estrés y al desorden emocional, reforzando la continuidad e inevitabilidad de la experiencia de duḥkha en clientes, profesores, y a todos aquéllos que ante todo buscan una nueva manera de ser. El involucramiento crucial de la auto observación y la identificación con la experiencia son enfatizadas.


Este es el primero de dos documentos relacionados en el cual se debate la atención plena y la transformación del sufrimiento. Este primer documento se focaliza en presentar el análisis del Buddha de la naturaleza y orígenes del sufrimiento de manera tal que su utilidad ha sido probada por aquéllos que enseñan aplicaciones basadas en la atención plena (como el MBSR, MBCT). Está basado en una conferencia sobre la primera y segunda Nobles Verdades del Buddha dada por John Teasdale durante un retiro específicamente organizado para instructores de MBSR/MBCT en el Centro de Meditación Spirit Rock en Diciembre del 2009.


Las Cuatro Nobles Verdades


Cuando analizamos la primera enseñanza importante que el Buddha dio después de su despertar, descubrimos que lo que ofreció, lo que vio como más importante a transmitir a otros, ante todo fue, en realidad, un marco conceptual, un marco de entendimiento. Esto fue la enseñanza de las Cuatro Nobles Verdades (Samyutta Nikaya 56:11).


En estas verdades, el Buddha encapsuló, en cuatro conocimientos claves, la comprensión que permitiría a otros despertar, a encontrar la libertad, la paz duradera y la felicidad que él mismo había encontrado.


Estas verdades fueron presentadas como guías para la acción, como algo para ser explorado, testeado y chequeado a través de nuestra propia experiencia, en vez de creer en ellos como artículos de fe ciega (Batchelor 1997). Es por esta razón que mucha gente prefiere llamarlas las Cuatro Nobles Verdades – verdades que ennoblecen nuestro ser si actuamos según ellas enseñan.


El Buddha estaba en una búsqueda existencial o espiritual. Cuenta la historia que estaba profundamente insatisfecho con la vida de placeres que había llevado, y partió a buscar una forma de ser más convincente. Y, como acto de compasión, ofreció las Cuatro Nobles Verdades como una guía para aquellos que también sienten que “la vida debe ser algo más que esto”.


¿Qué buscan los clientes y pacientes que vienen a nuestras clases de Reducción de Estrés basado en Mindfulness y Terapia Cognitiva basada en Mindfulness? La mayoría busca sobre todo aliviarse del estrés, o de depresiones recurrentes, más que la resolución de algún problema existencial. ¿De qué manera les son relevantes las Cuatro Nobles Verdades?


Parte de la genialidad del Buddha, y la razón por la que sus enseñanzas son tan relevantes a nuestros pacientes y clientes, es el hecho  que vio que los patrones mentales que mantienen a la gente atrapada en el sufrimiento emocional son, fundamentalmente, los mismos patrones mentales que se interponen entre todos nosotros y el florecimiento de nuestro potencial. Ya sea que trabajemos para liberarnos de la angustia emocional o para despertar a una nueva manera de ser, estamos lidiando con los mismos patrones mentales.


El concepto clave aquí es duḥkha, una palabra pali sin una adecuada y real traducción. El pali es una de las lenguas antigua de la India  en la que las enseñanzas de Buddha fueron inicialmente puestas por escrito. Duḥkha es generalmente traducido como ‘sufrimiento’, pero esta traducción puede ser bastante engañosa. Por esta razón, mucha gente prefiere no traducir duḥkha y atenerse al término en pali, no porque estén enamorados de los adornos del Budismo, sino para evitar las limitaciones de la traducción.


Duḥkha es el foco central de las Cuatro Nobles Verdades. Este primer documento se centra principalmente en la primera de las cuatro verdades, que se refieren a la naturaleza de duḥkha.
Los siguientes documentos tratarán sobre la demás verdades: el origen del sufrimiento, su cesación y el camino para lograrlo.


La Primera Noble Verdad.


La Primera Noble Verdad identifica el problema. Sumedho (1992) expresa esta verdad de manera muy simple: “Hay duḥkha”. Duḥkha cubre un amplio rango de experiencia –desde la intensa angustia que podemos sufrir proveniente del dolor físico o emocional, hasta  el más sutil sentido de cansancio de la vida o desasosiego existencial—, experiencias del tipo que llevó al mismo Buddha a abandonar su vida de placeres y a buscar otra forma de ser.


Todas las formas de duḥkha comparten un sentimiento de insatisfacción, de  no completitud, ese sentimiento de que, de alguna manera, estamos perdiendo muchas de las oportunidades que nos ofrece la vida. Cuando no tenemos un sentimiento de completa paz, contentamiento, sosiego y completitud, podemos estar bastante seguros de que  duḥkha está presente.


La formulación de Sumedho de la Primera Verdad –”Hay duḥkha”- nos recuerda que todos los seres humanos no despiertos compartimos esta experiencia.
A menudo podemos sentir que, entre todos los seres, somos los únicos que no pudimos ordenar nuestras vidas y descubrir el secreto de la felicidad duradera, mientras que el resto del mundo sí lo ha hecho. Podemos ver ésto como un fracaso personal o un problema. Lo único que hace esta identificación es que el sentimiento de insatisfacción sea, por supuesto, peor.


El Buddha cortó  con esta personalización de duḥkha cuando afirmó de manera muy simple “Hay duḥkha”. Esto es así para todos nosotros. No tenemos que tomarlo como algo personal: “no soy yo, no es culpa mía, es la condición normal de los seres humamos no despiertos”.


De hecho, como veremos, la inevitabilidad de duḥkha es inherente a la estructura de nuestras mentes en el estado evolutivo actual de nuestra conciencia. Una vez que nos damos cuenta, puede ser curiosamente reconfortante —en tanto y en cuanto sepamos que hay alguna posibilidad de liberarse de duḥkha.


Tampoco necesitamos sentirnos tan solos. Todos vamos juntos en el mismo barco, dondequiera que estemos –ya seas maestro, paciente, cliente, o la persona que pasa por la calle. Todos nosotros compartimos dos cosas – duḥkha, y el simple deseo de ser feliz. Esta comprensión puede ayudarnos a experimentar un sentimiento más alto de conexión y compasión hacia todos los seres humanos.


El Buddha distinguió tres dominios o niveles de  duḥkha (Samyutta Nikaya 38:14).


El primer dominio de dukkha es insatisfacción relacionada con situaciones de sufrimiento obvio y “ordinario”: dolor físico, dolor emocional, tener que soportar situaciones que no consideramos placenteras, no obtener lo que queremos, o ser separado de eso que amamos.
Estas son todas situaciones en las cuales experimentamos claramente sensaciones desagradables.


El Buddha vio que las sensaciones físicas desagradables o incómodas son inherentes a la vida. En sí, éstas no son el problema. Más bien, dukkha es el sufrimiento que agregamos a las sensaciones no placenteras, a través de la manera en que nos relacionamos con ellas. Muy a menudo, es este sufrimiento, en vez de  las sensaciones desagradables en sí, el principal origen de nuestra infelicidad.


El Buddha lo expresó de esta manera:


Cuando una persona corriente experimenta una sensación dolorosa (corporal), se preocupa y llora, se lamenta, se golpea el pecho, solloza y se angustia. Entonces experimenta dos clases de sensaciones, una corporal y otra mental. Es como si alguien fuera atravesado por una flecha y,  a continuación, fuera atravesado por una segunda flecha. De esta manera, esta persona experimentará sensaciones causadas por dos flechas.
Pero en el caso de un discípulo noble y entrenado, cuando experimenta una sensación dolorosa, no se preocupa ni llora ni se lamenta, no se golpea el pecho ni solloza, no se angustia. De forma que lo que experimenta es una sensación corporal pero no una mental
Es como si alguien fuera atravesado por una flecha, pero no por una segunda después de la primera. De esta manera, esta persona experimenta las sensaciones causadas solamente por una flecha. (Sallatha Sutta).


El mensaje crucial de esta enseñanza es este: aunque las sensaciones desagradables e incómodas son inevitables, duḥkha -en el sentido de sufrimiento-, es opcional. Y es opcional porque somos nosotros los que, de hecho, nos disparamos esa segunda flecha a nosotros mismos!


Por ejemplo, con respecto a la depresión, la primera flecha es un simple sentimiento de tristeza que es transformado en un estado de depresión más intenso y persistente cuando agregamos la segunda flecha del pensamiento reflexivo.


Los seres despiertos experimentan sentimientos y sensaciones desagradables –la primera flecha—pero como han desarrollado una relación más diestra  con ellos, no experimentan sufrimiento -la segunda flecha.


Aprender a no dispararnos a nosotros mismos esa segunda flecha, esto es, aprender a relacionarnos de manera mas habilidosa con sentimientos no placenteros de manera que no generemos duḥkha, es el objetivo principal de nuestra práctica y de lo que enseñamos en las clases de MBSR y MBCT.


El segundo dominio de dukkha es insatisfacción relacionada con el cambio.


Quisiéramos que nuestras experiencias de felicidad y alegría continuaran indefinidamente, pero no ocurre así. Quisiéramos que nuestras ropas nuevas, nuestro coche nuevo luzcan igual que el día que los compramos, pero se ponen viejos, caducos, decrépitos y gastados. Quisiéramos que nuestras relaciones amorosas estén tan cálidamente cercanas como el primer día en que nos enamoramos pero inevitablemente tienen sus altibajos y, eventualmente, nuestros seres queridos mueren. Todo ese cambio es un fundamento más para dukkha.


El cambio, de por sí, no es necesariamente un problema. Solamente se convierte en un problema cuando no queremos que ocurra, como veremos cuando debatamos la Segunda Noble Verdad.


El tercer dominio de dukkha es la insatisfacción relacionada con la condicionalidad.
El mundo y nuestra experiencia son esencialmente poco fiables y condicionales. Esto significa que lo que ocurre en nuestros mundos interior y exterior depende de una multitud de condiciones cambiantes que interactúan mutuamente y son  enormemente complejas, de muchas de las cuales ni siquiera somos conscientes, y que en su mayor parte, no podemos controlar. Se deduce que hay una falta de fiabilidad básica en nuestra experiencia; porque nunca podemos saber o controlar todas las condiciones que afectan un suceso, por mucho que lo intentemos, simplemente no podemos confiar 100% en que algo vaya a desarrollarse de una determinada manera.


Por ejemplo, en un retiro, podríamos tener la experiencia de una bella y dichosa meditación en la primera sentada del día. Nos sentamos en la segunda sesión y, por lo que podemos constatar, preparamos las cosas exactamente de la misma manera como lo hemos hecho en nuestra primera sentada. Pero ahora nos encontramos con que la mente está por todas partes. Y la razón simplemente es que, por una razón u otra, un conjunto de condiciones diferente está operando, no menos importante es la sutil, quizás casi inconsciente expectativa o deseo de que esta sentada sea como la primera.


De nuevo, esta condicionalidad y la falta de fiabilidad de la experiencia no tiene que ser, en sí mismas, un problema. Se convierte en una fuente de sufrimiento porque nuestras mentes simplemente no quieren ver las cosas de esa manera. Nuestras mentes están preocupadas en conseguir lo que queremos. Lo cual significa establecer algo de control y previsibilidad sobre nuestro mundo interno y externo. Para eso, nuestra mente reduce la enorme complejidad del mundo condicionado y, en vez de verlo como un conjunto complejo de patrones condicionantes y dinámicamente cambiantes, lo ve como “cosas con existencia independiente”, como categorías fijas o como seres con características y propiedades confiables, duraderas y fijas.


Por ejemplo, en vez de ver el estado de una sesión de meditación en términos de los efectos de varias condiciones interactuantes, nuestra mente tiende a verlo en términos de simples categorías como “buen meditador” versus “mal meditador”.


Nuestra mente trabaja de esta manera porque, en algunas áreas, en efecto, nos ofrecen un mayor sentido de seguridad y manejabilidad. Pero la realidad de la falta de fiabilidad y condicionalidad básicas significa que nuestra capacidad de predecir  y controlar el mundo o nuestra experiencia es muy limitada.


El desajuste fundamental entre la manera como nuestra mente quiere ver las cosas y la naturaleza real de la realidad es llamado “ignorancia” en el Budismo, y es una fuente profundamente enraizada y omnipresente de dukkha. Es lo que tuvimos en mente cuando dijimos que dukkha es inevitable, dada la forma en que nuestra mente está estructurada hoy en día.


Uno de los aspectos más dañinos de la ignorancia es nuestra tendencia a identificar con los aspectos variables y pasajeros de nuestra experiencia, nuestros estados de ánimo, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, la clase de sesión de meditación que estamos teniendo, como cosas que pertenecen a o son parte de algún ser perdurable, subyacente, que existe independientemente –yo- éstos son mis pensamientos, mis sentimientos, etcétera, el estado de mi meditación refleja quién soy.


Analizaremos más detenidamente la forma en que esta identificación estimula dukkha cuando consideremos la Segunda Noble Verdad.


Como hemos mencionado, las Cuatro Verdades están planteadas como lineamientos muy prácticos para que encontremos la liberación y el despertar. Por esta razón, cada una de las Verdades es acompañada por una instrucción específica o pauta para la acción. Para la Primera Noble Verdad es: “Dukkha debería ser completamente entendida”. Aquí, en el Pali original, la palabra traducida como “entendimiento” (pariññeyyam) tiene el sentido de “entendimiento completo”, es decir, experiencial.  No se trata solamente de entender el sufrimiento intelectual o conceptualmente, sino de comprenderlo mediante el conocimiento directo, esto es, desde dentro, desde la experiencia.


Sólo podemos hacerlo si estamos preparados para abrirnos al sufrimiento y al sentimiento de insatisfacción que experimentamos. Esto es, tener el coraje de acercarse a dukkha, dejarlo ser mientras investigamos y comprendemos su naturaleza, y cómo lo creamos y sostenemos. El tema de acercarse íntimamente a experiencias difíciles es central en el MBSR y en los enfoques relacionados.  La Primera Noble Verdad es el origen de esta pauta del MBRS.


Acercarse íntimamente al sufrimiento para entenderlo totalmente es, por supuesto, muy diferente a nuestra reacción habitual, que consiste en querer deshacernos del sufrimiento lo antes posible. Por lo tanto, si hemos de seguir esta recomendación de la Primera Noble Verdad, necesitamos activar y reactivar nuestra intención de acercarnos al sufrimiento con una atención abierta, valerosa y curiosa, una y otra vez.

(*) John D. Teasdale, 15 Chesterford House, Southacre Drive, Cambridge CB2 7TZ, UK. 
(*) Michael Chaskalson (Kulananda). Centro para la Investigación y Práctica de la Atención Plena, Escuela de Psicología, Universidad de Bangor, UK. 


Fuente: Contemporary Buddhism, Vol. 12, No. 1, May 2011
Traducción de Betina Getsuko, revisada por Dokushô Villalba.

REFERENCIAS


  • NYANAPONIKA THERA, and BHIKKHU BODHI, trans. 2007. Anguttara Nikaya. Antología: Una antología de discursos del Anguttara Nikaya. Kandy, Sri Lanka: Sociedad de Publicaciones Budistas.

  • BATCHELOR, S. 1997. Budismo sin creencias: Una guía contemporánea para despertar. New York: Riverhead Books.
  • BUDDHADÀSA. B. 1989. Yo y lo mío, ensayos selectos de Bhikkhu Buddhadàsa. Editado y con introducción de Donald K. Swearer. Albany: State University of Nueva York Press.
  • CHAH, A., J. KORNFIELD, and P. BREITER, 2004. Un quieto estanque del bosque: La meditación introspectiva de Achaan Chah. Wheaton, IL: Quest Books.
  • WALSHE M, 1987. Los extensos discursos del Buddha: una traducción del Dìgha Nikàya, Boston, MA: Wisdom Publications.
  • OLENDZKI, A. 2005. Yo como verbo. Descifrando las enseñanzas del Buddha sobre cómo nos construímos a nosotros mismos. Tricycle: the Buddhist Review, Summer 14 (4)
  • SALLATHA SUTRA: Samyutta Nikàya 36:6. Traducido por Nyanaponika Thera.
  • http://www.accesstoinsight.org/tipitaka/sn/sn36/sn36.006.nypo.htmlhttp://www.accesstoinsight.org/tipitaka/sn/sn36/sn36.006.nypo.html
    • BODHI B. 2000. Los discursos del Buddha: Una nueva traducción del Samyutta Nikàya. Boston, MA: Wisdom Publications.

No hay comentarios:

Publicar un comentario