sábado, 17 de mayo de 2014

MECANISMOS DE MINDFULNESS: UN MODELO PSICOLÓGICO BUDISTA

por Andrea D. Grabovac & Mark A. Lau &
Brandilyn R. Willett

Resumen.Varios modelos han explorado los posibles mecanismos de cambio subyacentes a las intervenciones basadas en mindfulness desde la perspectiva de múltiples disciplinas, como la ciencia cognitiva, la neurociencia afectiva, la psiquiatría clínica, y la psicología. Juntos, estos modelos destacan la complejidad del proceso de cambio que subyace a estas intervenciones. Sin embargo, ningún modelo parece  ser lo suficientemente completo en la descripción de los detalles mecanicistas de este proceso de cambio. En un intento de abordar esta brecha, se propone un modelo psicológico derivado de tradiciones contemplativas budistas. Utilizamos el Modelo Psicológico Budista propuesto para describir lo que ocurre durante la práctica de mindfulness e identificar los mecanismos específicos a través de los cuales las prácticas de regulación de la atención y mindfulness puede resultar en la reducción de síntomas, así como en mejoras en el bienestar. Se resumen y evalúan otros modelos explicativos de las intervenciones de Atención Plena en el contexto de este modelo. Llegamos a la conclusión de que el carácter amplio y detallado del modelo propuesto ofrece varias ventajas para la comprensión de cómo las intervenciones basadas en mindfulness(BMIs) ejercen sus beneficios clínicos y es susceptible de investigación.

Palabras clave: Mindfulness-Meditación-Psicológico-model-Budismo-Insiht

Introducción

Se han propuesto varios modelos de cambio para explicar los procesos y mecanismos por los que las intervenciones basadas en mindfulness (MBIs) ejercen efectos clínicos de bienestar físico, psicológico y emocional. Cada uno de los modelos propone uno o varios mecanismos como responsables del cambio: los mediadores cognoscitivos tales como la conciencia metacognitiva (Teadsle et al. 2002), descentramiento (Fresco et al. 2007), defusión (Fletcher y Hayes), reperceiving (Shapiro et al. 2006) y  la disminución de la rumiación (Deyo et al. 2009); mediadores de la atención como modulación del foco de atención (Carmody 2009), atención enfocada o escucha abierta (Lutz et al. 2008); y mediadores neurobiológicos como cambios neurofuncionales
 (ver Fletcher et al. 2010 para revisión; Lutz et al. 2008). Todos estos modelos avanzan en la comprensión sobre los aspectos específicos de MBIs destacando la complejidad del proceso individualizado resultante de MBIs. Sin embargo ningún modelo parece ser suficientemente completo al describir los detalles del mecanismo de ese proceso de cambio.
Por otro lado, hubo una llamada de la literatura para reconstruir algunos aspectos de los modelos de “atención plena” actuales, incluyendo una operativización del término “mindfulness” identificando su uso como “rasgo”, “estado” o práctica según un contexto determinado; la aclaración de los mecanismos de “mindfulness”, preferiblemente de una manera que sea susceptible de la investigación por neuroimagen (Fletcher et al. 2010) y aclarar cómo cada componente de  la atención conduce a unos resultados específicos (coffey et al. 2010).

En un esfuerzo por hacer frente a estas cuestiones recurrimos a teorías psicológicas budistas ya que muchas de las técnicas utilizadas en MBIs se han adaptado de la las tradiciones del budismo contemplativo. Sin embargo, en su mayor parte, los modelos psicológico que acompañan a estas técnicas no lo han incorporado explícitamente en la teoría de MBIs, lo que ha producido una pérdida innecesaria del contexto en el que se explica cómo funcionan estas técnicas y porqué se utilizan (Grossman 2010).Proponemos un nuevo enfoque basado en las teorías psicológicas Budistas que hemos denominado el modelo psicológico Budista (BPM).Comenzamos con el BPM para describir la relación entre mindfulness y los procesos cognitivos y los cambios en los procesos provocados por el entrenamiento de la mente. A continuación, utilizamos el BPM para formular la hipótesis de los mecanismos por los que la práctica de mindfulness conduce a la reducción de ciertos síntomas. Esto va seguido por una discusión de las relaciones entre el BPM y los modelos occidentales en una tentativa de aclarar las áreas en las que ambos se solapan.

Parte I: Descripción de BPM

El BPM, como se describe en este artículo, se basa en una serie de comentarios sobre, y traducciones de un conjunto de textos Budistas llamados Abhidhamma Pitaka (Colección Filosófica; Mendis 2006; Narada Maha Thera 1978). Si bien estos textos son extremadamente detallados y extensos en su análisis y clasificación de la conciencia y los estados mentales, nosotros hemos simplificado los conceptos para presentar los fundamentos de la BPM.

Comenzamos nuestra presentación con la descripción de los componentes de la actividad mental. En el BPM, la conciencia de un objeto ocurre cuando un estímulo entra en nuestro campo de percepción y contacta con un órgano de los sentidos (es decir, sentir una impresión sensorial), o cuando una cognición (un pensamiento, recuerdo o emoción), surge en la mente. Esta toma de conciencia tiene una breve duración y luego cesa (ver fig.1). Si bien  en el BPM no se ha hecho ninguna distinción práctica entre las impresiones sensoriales (sensaciones físicas) frente a cogniciones (acontecimientos mentales), siendo trabajados de la misma manera durante la práctica de mindfulness, esta forma de referirse a  ambos tipos de eventos simplemente como “sensaciones”, es un concepto de la Psicología occidental por lo tanto, en nuestra discusión sobre BPM mantendremos una distinción entre los dos en un esfuerzo por aumentar su comprensión, pero  es importante subrayar que esta distinción la hacemos por su claridad  y no por ser intrínseca al BPM.
De acuerdo con el BPM, los recursos de la atención son limitados, un individuo solo puede ser consciente de un objeto a la vez, la experiencia de un flujo continuo de la conciencia es debido a una rápida sucesión de percepciones sensoriales y eventos mentales que aparecen y desaparecen, de forma similar a como en una película se crea el movimiento a partir de una rápida sucesión de imágenes fijas individuales (ver Fig.1). Este proceso se produce muy rápidamente con decenas de eventos mentales discretos e impresiones sensoriales que ocurren en un segundo plano.


 Con la conciencia de cualquier objeto se produce un fenómeno concomitante, el sentimiento de tono, que cae en una de estas tres categorías: agradable, desagradable o neutro (ni agradable ni desagradable). El término “sentimiento de tono” tal y como se utiliza en este contexto, no se refiere a estados fisiocognitivos complejos llamados a menudo emociones como pueden ser alegría, ira, miedo o cólera; más bien se refiere a la  experiencia afectiva inmediata y espontánea de la conciencia de una sensación física o un evento mental (Mendis 2006). Debido a la naturaleza rápida y transitoria de estos sentimientos, que aparecen y desaparecen constantemente, a menudo pasan desapercibidos y pueden servir de gatillo clave para una cadena de reacción de pensamientos (incluso emociones) y acciones, lo cual puede llevar al sufrimiento.
Nuestras reacciones habituales a los sentimientos, son perseguir aquellos que son agradables y evitar los desagradables. Los términos budistas para referirse a estas reacciones son apego y aversión respectivamente. Estas reacciones son expresadas habitualmente como acontecimientos mentales (pensamiento, recuerdo, emoción) que proceden de la impresión sensorial inicial (Fig.2). La suposición más común es que deseamos o rechazamos un objeto de la conciencia, sin embargo el BPM considera que el apego o la aversión surgen como reacción al propio estado emocional y no al objeto. Por ejemplo, la visión de un pastel va acompañada de un sentimiento de tono. Según la experiencia pasada del sujeto, la cultura y otras influencias, este sentimiento de tono será agradable, desagradable o neutro. Aquellos que lo experimenten como agradable reaccionaran con pensamientos, emociones y/acciones dirigidas a perpetuar ese sentimiento agradable (por ejemplo, del pastel). Del mismo modo quienes lo experimenten como desagradable reaccionarán con pensamientos, emociones y acciones orientadas a finalizar ese sentimiento desagradable (por ejemplo la evitación del pastel).


Los sucesos mentales (véase B en fig.2) que siguen a la sensación inicial también van  han asociados a sentimientos (ya que un evento mental es la conciencia de un objeto de conocimiento y por tanto va asociado a un sentimiento concomitante inseparable). La elaboración mental se produce cuando hay apego o aversión a los sentimientos que surgen con los eventos mentales. Esto se experimenta como eventos mentales secundarios. La proliferación mental es una sucesión de estos eventos mentales provocados por un evento mental o percepción sensorial inicia. La proliferación mental  puede alimentarse así misma con estos eventos  que poco tienen que ver con la percepción sensorial o acontecimiento mental que la provoco.De acuerdo con el BPM, el no ser consciente de como ese patrón de apego y aversión puede conducir a la proliferación mental ayuda a mantener el habitual proceso entero.
Finalmente, el núcleo del BPM son tres focos principales de atención en la práctica de mindfulness, que son comunes a todas las percepciones sensoriales y eventos mentales (ver fig.3):

1. Las percepciones sensoriales y los eventos mentales son transitorios (que surgen y desaparecen)
2. La reacciones habituales (es decir, el apego y la aversión) a los sentimientos de una impresión sensorial o evento mental, y la falta de conciencia de este proceso, conducen al sufrimiento.
3. Las percepciones sensoriales y los eventos mentales no contienen ni constituyen  ninguna entidad duradera, que pudiera se llamada un yo.

En el pensamiento Budista son llamados “Las tres características” y se conocen generalmente como: (1). La impermanencia, (2). El sufrimiento, y (3) el no-yo  (Nyanaponika 2010 ).

En resumen, el BPM sostiene que la sensación subjetiva de un flujo continuo de conciencia se compone de numerosas percepciones sensoriales y eventos mentales, la mayoría de los cuales ocurren fuera de la conciencia del sujeto.



Las habituales reacciones a apego o aversión ante las percepciones sensoriales o eventos mentales agradables, desagradables  o neutros iniciales se expresan como una proliferación de eventos. Todas las percepciones sensoriales y eventos mentales comparten tres características, impermanencia, sufrimiento y no yo. Por otra parte, el sufrimiento, incluidos los síntomas clínicos, es el resultado de las habituales reacciones de apego/aversión a sensaciones transitorias y su concomitante proliferación mental. Aunque el BPM no se centra en la reducción del síntoma (entendido como síntoma clínico) ya que no es el objetivo de la práctica Budista, esta reducción del síntoma que resulta de la práctica de mindfulness es explicable a partir de la reducción de las reacciones habituales y su concomitante proliferación mental. Desde esta perspectiva, la mejora en el bienestar del individuo se produce cuando se permite que las percepciones sensoriales y los eventos mentales aparezcan y desaparezcan de forma natural sin el ulterior procesamiento cognitivo derivado del apego o la aversión.  Las percepciones sensoriales y los eventos mentales todavía son sentidos como agradables, desagradables o neutros, pero no hay apego ni aversión por lo  que no hay tampoco proliferación mental, no se experimenta el sufrimiento accidental.


BPM Parte II: 
Efectos de la regulación de la atención 
y de la Práctica de Mindfulness.

Basado en lo anterior y para los objetivos de este modelo hemos de describir mindfulness como la observación momento a momento de las tres características (Impermanencia, sufrimiento y no-yo) del objeto de la meditación. Esta definición es sinónimo de la meditación tradicional vipassana (Mahasi 2006). Hemos limitado intencionalmente la definición de mindfulness a  la descripción de una práctica de insigt  (Mindfulness tal y como lo definimos en este trabajo es una intervención; ver Davidson 2010). Esta definición resalta una importante distinción entre el vipassana (una práctica orientada a la introspección) y la concentración samatha (práctica de regulación de la atención). Además no queremos confundir esta definición con los resultados de la práctica de mindfulness. Por lo tanto hemos tenido cuidado (el máximo posible) en no incluir en la definición posibles consecuencias de la práctica tales como incremento de mindfulness en el día a día o la reducción en la proliferación de eventos mentales, que como todos los posibles resultados de la práctica de mindfulness  tienen otros factores que influyen en ellos. Tenemos cuidado de no incluir la aceptación en la definición de mindfulness ya que es una actitud traída a la práctica de insigh y la concentración pero no es en sí misma un aspecto inherente al mindfulness (Mikulas 2011).
Comenzamos con una descripción general de los efectos de la concentración y las prácticas de minfulness en la proliferación de eventos mentales, y luego distinguimos entre los diferentes efectos de las prácticas de concentración y mindfulness en el contexto de BPM.

Efectos de la regulación de la atención

De acuerdo al BPM los recursos de la atención son limitados, lo que significa que sólo se puede sostener un objeto en la conciencia a la vez. Por tanto, si la atención está suficientemente sostenida en un objeto, el BPM postula que esto impide el conocimiento de otros objetos a la vez y por tanto cualquier forma de regulación de la atención que se traduce en atención sostenida en un objeto, tiene el efecto de interrumpir momentáneamente la proliferación de eventos mentales (fig.4). Sin embargo en los lapsos de atención en el objeto, la proliferación mental se puede reanudar o pueden aparecer otras percepciones sensoriales o eventos mentales.

Distinción entre las prácticas de concentración y de mindfulness.

Aunque las prácticas de concentración y de mindfulness son confundidas a menudo en la literatura (Mikulas 2011), el BPM ofrece una manera clara de distinguir entre las dos prácticas ya que pone de relieve la principal diferencia entre ambas. Si implícita o explícitamente la práctica mindfulness (tal y como la hemos definido en este modelo) implica la observación de las tres características con respecto al objeto de la meditación, la práctica de la concentración no lo hace. En la práctica de la concentración, el objetivo es centrar la atención en el objeto de la meditación con exclusión de todo lo demás. Usando la respiración como ejemplo, en la práctica de la concentración, el meditador tratara de mantener la atención en el proceso mismo de la respiración, en las sensaciones de la respiración, en la inhalación, la exhalación, la pausa entre ellas, el comienzo de cada inhalación y exhalación y así sucesivamente. Cualquier conciencia de las tres características con respecto a la meditación es ignorada activamente y si son experimentadas, la atención se reorienta al foco de la meditación, en un intento por hacer que la atención al objeto de la meditación parezca lo más estable e inmutable como sea posible.(Snyder y Rasmussen 2009).


 En la práctica del mindfulness, por otra parte, el objetivo es experimentar directamente las tres características de las sensaciones tal y como aparecen en la conciencia. Siguiendo con la respiración como ejemplo, el meditador se centrará también en el ciclo de la respiración, pero a diferencia de la  práctica de la concentración, el foco de la meditación es la experiencia directa de las tres características de la respiración. De esta manera, el meditador experimenta la respiración cambiando todo el tiempo (rápido, lento, áspero, liso, corto o largo) y puede llegar a ser consciente de que no hay dos respiraciones iguales, esto corresponde a la primera característica, (la impermanencia). El meditador también puede notar que prefiere un estilo de respiración a otro (por ejemplo, que prefiere un estilo lento y suave a uno áspero y rápido) y por lo tanto notar apego, y tal vez tomar conciencia de los esfuerzos que hace para cambiar la respiración al estilo que prefiere, esto corresponde a la segunda característica, (el sufrimiento). Con el tiempo, el meditador puede notar también que si no hace ningún esfuerzo por el control de la respiración, esta sigue produciéndose sin su intervención, esto corresponde a la tercera característica (el no-yo).
Con la práctica continuada, al notar las tres características, la meditación se vuelve menos conceptual y más vivencial, con las sensaciones individuales que componen  la respiración que es vivida como una secuencia rápida de sensaciones pequeñas y discretas, cada una de las cuales aparecen y desaparece en un espacio muy breve de tiempo. Así, con el tiempo el objeto de la meditación en mindfulness se descompone en partes más pequeñas y sensaciones más rápidas en las que se experimentan directamente las tres características.
Esta distinción entre concentración y atención en la meditación se ve respaldada por los trabajos recientes a cerca de los correlatos neurobiológicos de la práctica de la meditación, que han demostrado que en mindfulness y la concentración se utilizan distintos sistemas neuronales. (Lutz et al. 2008)
Es común, sin embargo, emplear la concentración y la atención plena durante la práctica de la meditación. Esto implica utilizar la concentración para calmar la mente seguida de la práctica de mindfulness. El meditador pasará periódicamente de la práctica de mindfulness a la concentración si es necesario reenfocar el objeto de mindfulness o si la práctica de mindfulness  nos lleva a sensaciones o pensamientos que son  muy difíciles de observar sin perderse en su contenido.
En la regulación de la atención se utiliza tanto la concentración como la práctica de mindfulness y ambas pueden llevar momentáneamente a la reducción la proliferación mental. Por ejemplo, en la meditación formal de la concentración en la respiración, la conciencia de las sensaciones de la respiración interrumpe momentáneamente la proliferación mental, y en la práctica informal  como prestar atención a la sensación física del tacto, la conciencia de las sensaciones táctiles pueden interrumpir de forma momentánea la proliferación de eventos mentales. En la práctica formal de mindfulness en la respiración, la conciencia de las tres características con respecto a las sensaciones de la respiración también interrumpe la proliferación mental. En ambos casos la reducción de la proliferación mental (debida a la regulación de la atención) es momentánea, no es igual que la reducción de la proliferación mental debida al desarrollo continuo del insight. Por último, con actividades cognitivas, como reemplazar intencionalmente un pensamiento por otro diferente, es la conciencia de un nuevo pensamiento la que interrumpe la proliferación de eventos mentales. Se puede encontrar un ejemplo de esto en terapias cognitivas y metacognitivas de la conciencia (véase más adelante).

Efectos de la Meditación Mindfulness y del Desarrollo de Insight.

El propósito del entrenamiento en mindfulness en la práctica Budista para alcanzar la iluminación, se define en este trabajo como un cambio permanente y radical en  la percepción que  detiene el proceso habitual de identificación, convirtiendo ciertos aspectos de la percepción sensorial y mental en un yo separado. Esto se logra mediante el desarrollo y exploración de una serie de ideas acerca de la propia naturaleza de las sensaciones físicas y actividades mentales (Mahasi 2006). Uno de los efectos del desarrollo de insight, es la reducción a largo plazo de las reacciones de apego/aversión y la consiguiente reducción de la proliferación mental. Insight, tal y como se utiliza aquí, no se refiere a una reflexión consciente sino más bien a una comprensión directa, no conceptual (Dorjee 2010) lograda mediante la observación continua de las tres características (Imparmanencia, sufrimiento y no-yo) como objetos de la meditación (Pa Auk 2000). El meditador empieza a entender, de forma no verbal, a nivel experiencial, la transitoriedad de la actividad mental, y de hecho, de todos los fenómenos sensoriales, incluso aquellos que componen la sensación de espacio, la atención al cuerpo y así sucesivamente. El meditador, finalmente, se da cuenta de que persiguiendo el placer o evitando el dolor no puede alcanzar un sentimiento duradero de satisfacción (por su naturaleza transitoria) y que la fugaz actividad mental o sensorial, son solo eventos mentales o sensoriales transitorios más bien que aspectos del yo. A diferencia de los cambios que se derivan de la regulación de la atención, los cambios resultantes del desarrollo de insight, son de naturaleza más duradera y permiten una relación distinta con los sentimientos y reacciones de apego/aversión  en la vida cotidiana, fuera de la práctica formal.
Uno de los subproductos interesantes y potencialmente muy útil clínicamente de insight de las tres características es el desarrollo de la ecuanimidad (Mahasi 2006). En el BPM, la ecuanimidad se define como una cualidad de la conciencia que considera su objeto (sensorial o cognitivo) sin apego ni aversión. También puede definirse como un estado mental equilibrado en el que se toma el mismo interés por lo agradable, desagradable o neutro. Desde la perspectiva de la práctica Budista “La ecuanimidad impide la identificación así como el apego (y la aversión) a la experiencia. Esto da lugar a que las experiencias se reconozcan como agradables pero sin gratificación. En este punto, la  ecuanimidad no es una cosificación del sentido del yo (Steve Amstrong, comunicación personal)  debido a que la ecuanimidad es una cualidad de la conciencia concomitante a la conciencia de una sensación u objeto de la cognición y no es una continuación del acontecimiento mental o de la cognición (ecuanimidad, tal y como se utiliza en este trabajo no se trata de pensar  “no voy a apegarme ni a rechazar esta experiencia”.
Para terminar, el insight de las tres características, no es la única manera de desarrollar la ecuanimidad, los meditadores más experimentados pueden entrar en un estado de ecuanimidad a través solo de la concentración (samatha) (Pa Auk 2000; Narada Mha Thera 1987). La ecuanimidad lograda de este modo suele ser menos duradera y difícil de mantener en la vida cotidiana.

Resumen de los mecanismos de BPM

El BPM, por su detallada descripción de los procesos de los trastornos mentales,  y los efectos de varias prácticas en estos procesos, nos permite proponer una serie de relaciones para explicar cómo de la práctica de mindfulness y de regulación de la atención resulta la reducción de los síntomas clínicos (ver fig.5).
La fig. 5 resume los muchos mecanismos por los que se puede reducir la proliferación mental, lo que reduce los síntomas y aumenta el bienestar.

BPM Parte III: 
Efectos de la aceptación y las Prácticas Éticas

Efectos de la Aceptación/Compasión

El BPM proporciona una explicación de la función de la aceptación/compasión en la formación tanto en mindfulness como en la regulación de la atención. Durante el entrenamiento se utiliza una actitud de aceptación y curiosidad para dar un sentido de ligereza a la reorientación repetida de la atención en el objeto elegido (Ver fig.5). Como la mente no entrenada se distrae fácilmente por procesos rumiativos o narrativos, es necesario reorientar la atención muchas veces. Durante esta reorientación repetida, una actitud de aceptación impide la aparición de pensamientos negativos tales como auto-juicio y la proliferación mental resultante, además previene de que la práctica en sí se convierta en objeto de aversión. De hecho, una actitud de aceptación y curiosidad es una forma incipiente de bondad amorosa. La práctica de la compasión Budista se utiliza para prevenir gradualmente la formación de estados mentales que tienen su origen en la aversión. Cuando la práctica se profundiza, la aceptación permite que las rápidas y sutiles sensaciones se puedan observar más fácilmente y de forma más continuada durante la práctica de mindfulness. Sin aceptación, la conciencia tiende a volverse más estricta y menos flexible y por lo tanto tiene más dificultad para observar la aparición y desaparición de una rápida serie de percepciones sensoriales y eventos mentales.
Cabe señalar, que la aceptación, tal y como utilizamos aquí el término, es una cualidad de la conciencia: no implica cognición. Como tal, no es equivalente a pensar en aceptar pensamientos acerca de uno mismo o los demás. De hecho las formas cognitivas de aceptación son en realidad una forma de regulación de la atención. Un ejemplo puede ayudar a aclarar esta distinción: Al meditar, el meditador se da cuenta de que su atención se ha desviado, si la conciencia de este extravío de la atención tiene la cualidad de aceptación no surgirán juicios ( y no se produce un seguimiento de la proliferación mental) y el meditador puede redirigir su atención hacia el objeto de su meditación sin  que intervenga ningún tipo de pensamiento, sin embargo, si la conciencia carece de esa cualidad de aceptación, pueden surgir juicios seguidos de una proliferación de eventos mentales relacionados con ese juicio inicial. El meditador puede entonces reconocer estos pensamientos de juicio y utilizar la regulación de la atención para aceptar y sustituir  los pensamientos de  juicio por pensamientos de aceptación.


 Efectos de las Prácticas Éticas

Además de la formación en concentración y mindfulness, las prácticas Budistas prescriben un código ético para ser seguido por los practicantes, como no matar intencionalmente, no robar, no tener sexo ilícito, no mentir y no utilizar sustancias tóxicas que puedan nublar el juicio. (Thanissaro 1997). En esencia, desde la perspectiva del BPM uno de los principales propósitos de las directrices éticas es reducir la línea base de la cantidad de proliferación mental, ayudando de esta manera tanto a la concentración como a las prácticas mindfulness. (Ver fig. 5). Llevar una vida ética, en el contexto de la BPM, implica que el meditador experimenta menos culpa, dudas, preocupaciones, etc… que a menudo pueden ser una fuente de proliferación mental.

Mecanismos de Feedback

Las prácticas de mindfulness, las prácticas de concentración, las prácticas éticas y la aceptación están estrechamente relacionados, sin embargo, existen ciclos de retroalimentación (Ver fig.6) entre estos componentes del  BPM así como entre la disminución del apego/aversión y la proliferación mental.
Estos mecanismos de feedback muestran como varias prácticas y sus efectos saludables se refuerzan mutuamente.
Los ejemplos de este feedback incluyen los efectos positivos de  la disminución de apego/aversión y de la proliferación mental  en la práctica de mindfulness debido a la claridad mental que engendran. Esta disminución del apego/aversión y de la proliferación mental probablemente también afecta a las prácticas de concentración y éticas de forma similar. Además una mayor práctica de mindfulness aumenta la concentración (a través de ser más consciente de los lapsus de concentración), las prácticas éticas (a través de la capacidad de darse cuenta de que las prescripciones éticas han sido transgredidas) y la aceptación (a través de la mejora de la capacidad de ser consciente de una falta de aceptación en situaciones en que la aceptación es beneficiosa)


 En resumen, estamos proponiendo el BPM como un modelo de los mecanismos subyacentes al mindfulness. El BPM describe con detalle los procesos por los cuales el apego/aversión hacia sentimientos intrínsecamente agradables/desagradables conduce a la proliferación mental y al sufrimiento accidental. También explica como la concentración, el mindfulness y otras prácticas como la aceptación/compasión y prácticas éticas afectan a estos procesos. La siguiente sección revisa la conciencia metacognitiva y procesos asociados ya que se relaciona con el BPM

Relación entre el BPM y otros modelos de Mindfulness

Colocamos el BPM en relación con otros modelos de mecanismos de cambio  y exploramos las áreas de congruencia, así como diferencias importantes entre el BPM y otros modelos existentes. Desde una perspectiva clínica el BPM ofrece varias ventajas para la comprensión de como las IMBs ejercen sus efectos clínicos. Sobre la base de éstos, hacemos sugerencias de mejoras en las IMBs para mejorar la efectividad clínica. Se describen las implicaciones de la investigación del BPM y la relación del BPM con los retos actuales en el campo de la investigación.

Definición de términos: la conciencia metacognitiva, descentramiento, defusión.

Existen varios términos en la literatura de MBI que se refieren a la capacidad de observar los sentimientos y pensamientos como eventos temporales de la mente más que como reflejo del yo, (Fresco et al. 2007). Algunos de ellos son: conciencia metacognitiva, descrentamiento, defusión, distanciamiento y reperceiving.  Los modelos propuestos actualmente sobre los mecanismos de cambio (ver más abajo los resúmenes) otorgan un papel fundamental a estos conceptos. Con el fin de entender las diferencias  y semejanzas entre el BPM y estos otros modelos explicaremos primero como conciencia metacognitiva y otros términos relacionados trazan un mapa en el BPM.
El término conciencia metacognitiva  usado de forma intercambiable con el término metacognición, fue acuñado por primera vez por Flavell en el campo de la psicología de la educación para describir el conocimiento del individuo sobre sus propios procesos cognitivos y los productos de estos. Esta definición enfatiza el papel de la metacognición como proceso de regulación (Flavell 1976). La importancia terapéutica de este concepto se identificó 50 años después por Rogers quien escribió: “los pensamientos y emociones que tomamos como reales  hacen que nos preocupemos porque dejen de existir tal y como los imaginamos… pero existe una manera diferente de conocerlos sin identificarnos con ellos (Rogers 1959, citado en Corcoran y Segal 2008). Más recientemente, la conciencia metacognitiva fue identificada como un componente clave de los cambios en el plano cognitivo, terapias de comportamiento, y estimulo el desarrollo de terapias como la terapia cognitiva basada en mindfulness (BMTC; Segal et al. 2002), cuyo objetivo es mejorar esta capacidad para reducir la rumiación. Por ejemplo, Teasdale et al. (1995) definen conciencia metacognitiva como proceso por el cual  “los pensamientos y sentimientos negativos son vistos pasar como acontecimientos de la mente y no como aspectos inherentes a uno mismo ni como reflexiones necesariamente válidas  de la realidad” (Pag. 285).
Otras definiciones de conciencia metacognitiva utilizan el concepto de descentramiento que se define como “la capacidad de tomar una postura enfocada en el presente, no crítica en cuanto sentimientos y pensamientos, y aceptarlos” (Fresco et al. 2007 p. 448). Por ejemplo, la conciencia cognitiva ha sido descrita como “el proceso de experimentar pensamientos y sentimientos negativos dentro de una perspectiva descentrada” (Teasdale et al. 2002 p. 276). La conciencia metacognitiva también se ha descrito en el mismo trabajo como insight metacognitivo refiriéndose a “… la forma en que son experimentados los fenómenos cognitivos a medida que surgen” (ibid, p.206). Defusión, un término parecido, se ha descrito como “el reconocimiento de los pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales como acontecimientos que pasan sin quedarse con el contenido literal y temporal del lenguaje evaluativo que acompaña a estas experiencias” (Fletcher et al. 2010, p.43). Finalmente el término defusión ha sido definido por los autores (Shapiro et al. 2006) como similar al descentramiento. Las definiciones anteriores abarcan una amplia gama de procesos, que van desde la metacognición pura (como es la definición de Flavell), a un proceso que parece ser similar o idéntico a la aceptación (Fresco y Segal, definición de descentramiento).

Comparando Conciencia Cognitiva, Defusión e Insight

Aunque los términos conciencia cognitiva y defusión pueden parecer, desde la Psicología occidental, similares  al insight o sus consecuencias (Como la ecuanimidad), el BPM hace una clara distinción entre ellos. Cuando un participante de MBI desarrolla un grado de conciencia metacognitiva o defusión, es capaz de utilizar estas habilidades para interceptar los pensamientos no deseados y elegir una respuesta más hábil.
La metacognición implica centrar la atención en una corriente de sucesos mentales (proliferación mental) e interrumpir voluntariamente esta corriente con una nueva serie de acontecimientos mentales cuyos objetos son los pensamientos precedentes que eran parte de la proliferación mental. Son procesos cognoscitivos, y por tanto, desde la perspectiva del BPM dentro de la rúbrica de regulación de la atención. Definiciones de conciencia metacognitiva que incluyen el descentramiento (Como lo define Fresco et al. 2007) también trazarían un mapa dentro del componente de aceptación de BPM. Sin embargo, el insight y sus efectos, no son conceptuales ni cognoscitivos en su origen y producen la reducción del apego/aversión o de la proliferación mental sin necesitar la intervención de ningún proceso cognitivo.

Modelos de cambio

Tanto los MBIs como los modelos explicativos, se centran en la regulación de la atención, el mindfulness, y la reducción de la proliferación mental que llevan a la reducción del síntoma y al bienestar. La principal diferencia entre el BPM y otros  modelos de mindfulness  es la identificación en el BPM del papel central  del apego/aversión y los sentimientos (definidos como la experiencia afectiva de la conciencia de una sensación física u objeto de la cognición; Mendis 2206) en la producción de síntomas y sufrimiento accidental. El BPM propone que dirigirse a la experiencia a nivel de los sentimientos es otra manera de reducir el sufrimiento accidental y los síntomas. A continuación mostramos como algunos otros modelos trazan un mapa dentro del BPM.

Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness

El fundamento teórico subyacente al desarrollo de MBCT identifica el mecanismo clave del cambio como disminución de la rumiación mediante el desarrollo de la meta conciencia cognitiva (Segal et al.2002, Teasdale et al.2002). Además la observación de la aparición de pensamientos y sensaciones y el etiquetado de las cualidades de estos. En las sesiones de MBTC los participantes aprenden, por una parte, a identificar eventos mentales compatibles con la firma de sus recaídas,  y el uso de esta identificación como oportunidad para elegir conscientemente el auto-cuidado. Esto implica la modificación deliberada  de la atención hacia un enfoque neutral, como la respiración, o participar conscientemente en alguna acción de autocuidado positivo que proporcione placer o una sensación de dominio. Un enfoque amable y gentil hacia la propia experiencia, es incorporado y modelado a través del terapeuta MBCT.
Desde la perspectiva del BPM, las prácticas de meditación en MBTC, trazan un mapa en la regulación de la atención y componentes de la aceptación. Además el BPM destaca la importancia de investigar las tres características de todos los objetos como un foco explícito de meditación en MBCT. Con este foco, los participantes pueden notar los aspectos de las características y por tanto comienzan a desarrollar un cierto grado de comprensión y reducción del apego/aversión a los sentimientos agradables/desagradables o neutros.

Reperceiving

El modelo de reperceiving (Shapiro et. Al 2006) afirma que la práctica de mindfulness (debido a los componentes de atención, intención y actitud) llevan a un aumento disposicional mindfulness (a una mayor claridad y objetividad cuando se ven momento a momento experiencias internas y externas).  Esto se traduce en aumento en cuatro áreas: la autorregulación, clarificación de valores, exposición  cognitiva y emocional, y flexibilidad de comportamiento. Este cambio fundamental en la perspectiva, se propone para conducir a la desidentificación con los pensamientos. Los autores afirman que reperceiving es similar a descentramiento. Como tal, reperceiving traza mapas de regulación de la atención y aceptación en  BPM.

Terapia de aceptación y compromiso

En la terapia de aceptación y compromiso, basada en la teoría del marco relacional, mindfulness se define en términos de cuatro procesos interrelacionados: aceptación, defusión (definido más arriba), conciencia del momento presente y el yo observador (Fletcher y Hayes, 2005). La aceptación se describe como permitir que los pensamientos y sentimientos sean como son sin tratar de cambiar su contenido, forma o frecuencia, conciencia del momento presente se define como el contacto con los estímulos que ocurren en el momento presente e incluye pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales. El yo observador es la experiencia de sí mismo como observador de la propia experiencia en vez de identificarse con ella.
Los mapas de ACT en los componentes de regulación de la atención en BPM. El yo observador no se asigna como un componente separado en BPM, más bien está implícitamente presente en diversos componentes de mindfulness y la regulación de la atención. Desde una perspectiva Budista, en el progreso del insight, el concepto de un observador independiente del yo que es consciente de la experiencia de uno se ha abandonado (Machase 2006) y se sustituye por “el entendimiento de que cada momento no es más que “algo conocido”, con exclusión de cualquier identificación con el proceso (con un yo observador)” (Steve Armstrong, personal communication).

Modelo de Regulación de la Atención

El modelo de regulación de la atención (Carmody 2009 ) propone que las sensaciones de la respiración son afectivamente neutrales para la mayor parte de las personas; por lo tanto, dirigir intencionalmente la atención a la respiración cuando se presentan síntomas subjetivamente adversos  (y redireccionamiento de la atención cuando esto se pasa de forma natural) se traduce en una disminución en la excitación emocional que acompaña a los síntomas de los pacientes. El modelo establece que, con la práctica, las personas desarrollan habilidad en notar cuando su atención se ha ido a algún lugar que no quiere que vaya, y consiguen llevarla a un objeto afectivamente neutro como la respiración. Como tal, este modelo traza un mapa en el componente de la regulación de la atención en el PBM.
Carmody (2009) afirma que la conciencia metacognitiva puede desarrollarse una vez que se permite a la atención moverse más allá de los límites restringidos de objetos afectivamente neutraesl como la respiración. Aunque la conciencia metacognitiva es concebida como el método en última instancia, más eficaz para la reducción del síntoma, Carmody da razones convincentes de como en la práctica, como muestras las MBIs, los mayores beneficios de las MBIs se deben al cambio de dirección de la atención hacia objetos afectivamente neutrales.
Un posible escollo clínico del modelo de la regulación de la atención es que los pacientes pueden llegar a hacerse “contrarios a la aversión” si usan con frecuencia estímulos aversivos como señal para redirigir su atención a estímulos neutros con el fin de que disminuya su excitación emocional y corren el riesgo de fortalecer los procesos autorreferenciales y un sentido de autonarración, aumentando al mismo tiempo el sentido “de peligro” y aversión cuando surgen experiencia no deseadas, incluyendo los síntomas.

Atención Autoenfocada

En una reciente revisión de las mecanismos de mindfulness (Baer 2009), el autor declara que “todavía no está claro como la observación de la propia experiencia en el momento actual, sin juzgar y de forma no reactiva es beneficiosa” (p.17) y sugiere que la atención autoenfocada puede ejercer efectos beneficiosos porque “hace hincapié en la conciencia vivencial del momento presente y es libre de prejuicios y respuestas reactivas” (p.18).
El BPM sugiere que esta descripción es en realidad una descripción de la práctica de la concentración con una actitud de aceptación, más que una descripción de mindfulness. En el documento se concluye que  el incremento de mindfulness (como se define en el documento) media en la mejora del funcionamiento psicológico a través de la atención autoenfocada que resulta en:(1) reducción de la rumiación; (reducción de la evitación emocional; (3) la mejora de la autorregulación del comportamiento, en el BPM se propone que se producen como resultado de la práctica de la regulación de la atención.

Modelo Derivado Estadísticamente

Coffey et al. (2010) utilizaron un enfoque de análisis de ruta para explorar el papel de mediación de una mayor claridad sobre la vida interna, la capacidad de manejar emociones negativas, rumiación, y el grado en que la felicidad es independiente de resultados específicos y acontecimientos, entre mindfulness y salud mental. Utilizaron la definición de mindfulness de Bishop el al. como presente-enfocado con una actitud de aceptación. Encontraron que la aceptación ejercía efectos muchos más fuertes sobre otras variables en el modelo, que la atención en individuos con poca o ninguna experiencia en la práctica de regulación de la atención.

El modelo de Coffey et al. Demuestra que en ausencia de  una formación específica para investigar las tres características o un entrenamiento  en concentración, la capacidad para aliviar los síntomas y mejorar el bienestar es debida en su mayor parte a la aceptación y en menor grado a la regulación de la atención.

Reevaluación Positiva

El modelo de adaptación consciente (garlan et al. 2009) propone que se puede responder a los eventos percibidos como negativos con la iniciación deliberada de un modo descentrado de conciencia ensanchada y una mayor flexibilidad atencional, en la que el evento es reevaluado de forma positiva atribuyéndole un nuevo significado. En este modelo se entiende que es la reevaluación positiva, más que mindfulness, la clave del cambio terapéutico. Mindfulness se entiende como una herramienta para la construcción de una reevaluación positiva. Se puede trazar un mapa de la evaluación positiva en el BPM como la regulación de la atención, ya que consiste en la sustitución consciente de pensamientos existentes por otros pensamientos.
Una posible preocupación en este modelo es que en énfasis en la nueva estimación positiva que es integrada en la experiencia narrativa del yo, con el tiempo puede aumentar la vulnerabilidad a procesos cognitivos subyacentes al estado de ánimo y síntomas de ansiedad ya que refuerzan la experiencia narrativa del yo.

Resumen de los modelos de cambio y su relación con el BPM

Llegamos a la conclusión de que la mayoría de los modelos de cambio, desde la perspectiva del BPM, pueden ser reducidos a un modelo de cómo la regulación de la atención con la adición de la aceptación, disminuye la proliferación mental y, por tanto, disminuye los síntomas y aumenta el bienestar. Esta opinión está respaldada por Mikulas (2011) quien sostiene que las definiciones actuales de mindfulness utilizadas en la Psicología occidental son en realidad definiciones de la práctica de la concentración y que muchos de los beneficios atribuidos al mindfulness son en realidad, beneficios derivados del entrenamiento en concentración. El BPM elimina la ambigüedad entre prácticas basadas en la concentración y prácticas de insight, resaltando que ambas, prácticas de concentración e insight pueden resultar en una disminución momentánea de la rumiación, y describe como la reducción de los síntomas puede ser el resultado del insight adquirido durante el entrenamiento de la mente.

Implicaciones clínicas del BPM

Proponemos que el resultado del perfeccionamiento de las técnicas empleadas en MBIs incluye elementos clave del BPM en el aumento de la eficacia de dichos tratamientos. Las cuatro áreas que consideramos son:

1.Insight: Proponemos que la investigación explícita de las tres características, tanto durante la práctica formal como durante la práctica informal, podría ser un método práctico de la optimización de la eficacia de MBIs, introduciendo que se entienden los posibles riesgos y como mitigarlos (ver más abajo). Aunque hay una creencia comúnmente sostenida de que el logro del insigh es un acontecimiento raro y  poco común (por lo tanto poco práctico), proponemos que con una instrucción clara y una práctica diligente, el insight de las tres características puede ser desarrollado por la mayoría de los individuos. Además dado que hasta los pequeños incrementos de insight podrían tener efectos beneficiosos saludables y altamente beneficiosos que resultan en la disminución de los síntomas, sería propicio para clínicos, con la formación apropiada, para guiar a los pacientes a participar en estas prácticas.
Los riesgos implicados en la práctica del insight son bien conocidos por los practicantes avanzados, pero con frecuencia no son discutidos abiertamente, por los tanto, los clínicos involucrados en la aplicación de MBIs pueden no ser plenamente conscientes de ellos. Nosotros vamos a introducir aquí el riesgo; Sin embargo, debe entenderse que un examen detallado del potencial lado negativo de los efectos de la práctica del insight está más allá de del alcance de este artículo. En resumen las prácticas Insight tienden a proceder en una serie de etapas mantenidas a través de las tradiciones y los individuos, y estas etapas son descritas detalladamente en la tradición Tereada (Mahasi 2006). Típicamente, como la habilidad en la práctica insight se desarrolla, los movimientos de la meditación van desde una comprensión conceptual de las tres características, hacia una experiencia directa de la impermanencia, el sufrimiento y el no-yo, en la que el mundo sensorial del meditador se descompone en una secuencia rápida de pequeñas sensaciones discretas. Los efectos secundarios de estas etapas del insight pueden incluir un aumento de la sensación física de dolor y tensión. Con la práctica del insight el meditador experimenta las tres características con mayor claridad, se alcanza un punto culminante en la práctica que puede ir acompañado de sentimientos de intenso placer. En este punto, insights que son particularmente asociados al sufrimiento se experimentas de manera que, aunque poderosa e iluminadora, puede desestabilizar a algunos meditadores. Los efectos secundarios de estas etapas pueden incluir una variedad de estados emocionales negativos intensos, incluyendo experiencias similares a los síntomas depresivos. Si se producen estos efectos secundarios la dirección debe ser la práctica continuada con la guía y el apoyo de alguien experimentado en estas etapas y sus efectos secundarios; entonces, el progreso en insight puede continuar, lo que alivia los síntomas. Dado el potencial de estos desafiantes efectos secundarios, sugerimos fuertemente que el clínico que use esta práctica debe ser suficientemente experimentado y  pueda guiar a los practicantes con seguridad y eficacia a través de estas etapas desestabilizadoras de la práctica. Si se gestiona correctamente, la práctica del insight puede ser  una adición clínicamente valiosa en las MBIs dado los efectos beneficiosos descritos anteriormente.

2. Aceptación: A pesar que las diferentes MBIs actuales varían en su énfasis en la enseñanza de la aceptación, el BPM destaca la importancia de enseñar explícitamente la aceptación para optimizar la eficacia de MBIs debido a la función que desempeña en la reducción de la proliferación mental y la facilitación de la regulación de la atención y la práctica de mindfulness. La instrucción y la práctica de la aceptación deben delinear claramente las cualidades cognitivas de aceptación versus las cualidades del insight basado en la aceptación, y el papel de las cualidades cognitivas de la aceptación debe ser reconocido sin olvidar el desarrollo del insight basado en la aceptación.

3. Regulación de la atención:  las estrategias de regulación de la atención son eficaces, útiles y populares entre los pacientes (p.ej. espacio de 3 minutos para la respiración). El riesgo potencial de poner demasiado énfasis en la regulación de la atención es que puede reforzar las reacciones de los pacientes a sentimientos desagradables; por ejemplo, durante una reacción de aversión pueden desviar su atención a la respiración en una tentativa de conseguir una reducción inmediata del síntoma vía la regulación de la atención, más bien que examinar las tres características de los sentimientos.

4. Transparencia teórica: Proporcionar a los pacientes una base teórica de insight y concentración es ventajosa ya que sirve tanto para motivar como para orientar la intención de la práctica. También puede orientar al clínico a clarificar las metas del entrenamiento en mindfulness y corregir percepciones erronas comunes. Un ejemplo de percepción errónea es la expectativa por parte de los pacientes de que puede utilizar técnicas de mindfulness para eliminar la experiencia de sentimientos desagradables, lo cual es imposible. Los pacientes a veces tienen la impresión de que si ellos hacen las prácticas correctamente, ya no experimentaran pensamientos o sensaciones incomodas y, por lo tanto, pueden sentir que “no están haciendo las cosas bien” cuando continúan experimentando sensaciones o eventos mentales asociados con el surgimiento de un sentimiento desagradable. El BPM se puede utilizar clínicamente para explicar que el continuo surgimiento se pensamientos o sentimientos agradables o desagradables con la conciencia de las sensaciones o eventos mentales es una parte intrínseca de la experiencia y nunca cesará, es decir, los participantes están “haciendo bien las cosas” aun cuando esto siga ocurriendo. La comprensión de la teoría, en un nivel intelectual, de que los sentimientos agradables y desagradables son inevitables y que habitualmente se aferran a ellos ayuda a reducir el apego/aversión. La comprensión de la teoría del BPM puede servir al clínico para orientar a los pacientes a pasar de la regulación de la atención a un objeto neutral a observar sentimientos directamente con habilidad y coraje mientras observan las tres características de estos y disminuyen las habituales reacciones de apego/aversión.

Implicaciones para la investigación

Aunque se ha avanzado en los últimos 20 años con respecto a las medidas de constructos relacionados con mindfulness, estudios recientes han encontrado correlaciones muy altas entre medidas de autoinforme, como el Cuestionario de las Cinco Facetas de Mindfulness (Smith et al. 2008) y el Cuestionario de Experiencias (Fresco et al.2007) utilizados para medir el descentramiento así como otras medidas de regulación emocional. (Carmady et al. 2009; Coffey et al.2010). Esta superposición resalta la necesidad de desarrollar instrumentos más precisos con el fin de discernir los diversos componentes de estos constructos. Desde la perspectiva del BPM estas medidas parecen ser la cuantificación de una combinación de ambos aspectos de la práctica así como de las consecuencias de esta. A fin de probar el camino en el BPM de cómo el insight lleva al aumento del bienestar, se necesitara desarrollar medidas para cada uno de los componentes que influyen en la proliferación mental (aceptación, regulación de la atención, el insight, las prácticas éticas), así como en el apego/aversión a sensaciones agradables/desagradables/neutras.
El BPM proporciona claridad con respecto a los componentes que comprenden las prácticas de insight y de concentración (véase la fig.5), esto puede permitir estudios de análisis de los componentes de las MBIs más precisos. Los próximos pasos deberían examinar los efectos sinérgicos propuestos de la combinación de los componentes anteriores en un MBI para determinar si se obtiene una mayor reducción de los síntomas por los efectos sinérgicos que se producen o por efectos aditivos simples. Este tipo de investigación, además de evaluar la validez del BPM proporcionaría datos útiles a los clínicos para una optimización de los instrumentos que sería capaz de cuantificar la relativa contribución de la aceptación, comprensión, regulación de atención y las prácticas éticas en la reducción de los síntomas.
Desde la perspectiva de la investigación neurobiológica, los componentes de la práctica de mindfulness y  concentración en el BPM son análogos a la atención abierta y a las meditaciones
de atención enfocadas respectivamente, como se define en Lutz et al. (2008). Como tal, la investigación, empleando estas definiciones, puede explorar los correlatos neuronales de estas dos prácticas en el BPM ( por ejemplo, ver Mané et al. 2010).


En el BPM esboza varios mecanismos por los cuales la proliferación mental se reduce. Proporciona una descripción detallada del monólogo interior y demuestra como la práctica de mindfulness y otras prácticas alteran ese flujo. Esperamos que este modelo ayudara a estimular el debate y la comprensión de la naturaleza compleja y multifacética del mindfulness y sus disciplinas afines.

Agradecimientos. Los autores desean agradecer a  Steve Amstrong y Susan Woods la revisión de una versión anterior de este documento y proporcionar una  retroalimentación perspicaz.

Referencias

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Fuente: Springer Science + Business, 2011

Traducción del inglés de Mónica Hernández para este blog.

1 comentario:

  1. Muy interesante este artículo. Me ha inspirado para escribir un artículo que tenía en mente sobre el sufrimiento. Haré mención a él pues bien merece la pena que se divulga.

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